Las Artes de Combate de las islas Filipinas están profundamente arraigadas a la cultura, tradición e historia de este peculiar pueblo. Sus orígenes y raíces se remontan a siglos de antigüedad, pero ciertas facetas sobre su historia y evolución están aún sin aclarar, flotando entre la leyenda y la mitología. Posiblemente, el primer contacto real con el mundo accidental de estas Artes, se remonte a la llegada de Fernando de Magallanes a la isla de Mactan. Magallanes intentó dominar a los nativos, guiados por Lapulapu. Fue este líder de los guerreros filipinos quien trajo la muerte al conquistador Magallanes.
Los hombres de Lapulapu estaban entrenados en las Artes de Combate, debido a sus constantes tensiones y disputas territoriales con la tribu de Humabon, jefe de una tribu vecinas. Las tribus de Lapulapu y Humabon estaban asentadas en l que hoy día es conocido como las islas Visayan, en el centro de las Filipinas.
El Arte de Combate con cuchillos es una ciencia por sí misma. Es parte de una de las doce categorías del arte del Kali; la cuarta denominada “Baraw-Baraw”. En la realidad y en tiempos antiguos, las facetas más avanzadas de la lucha con cuchillos era reservada única y exclusivamente a aquellos que habían demostrado su destreza en el uso del palo, espada, et. En el Arte del Kali/Eskrima/Arnis, el uso y aprendizaje de la categoría del palo sencillo (espada, hacha, etc.) forman la base para las otras facetas del Arte, aunque existen aspectos del entrenamiento con palo que aplican de forma exclusiva a la categoría del cuchillo y dagas. Los antiguos Maestros del Arte se dieron cuenta de que los principios del movimiento con un palo pueden ser aplicados a los cuchillos. Por supuesto, que el palo es mucho más largo, pero así el principiante aprende a familiarizarse con un movimiento amplio, recortando ciertos movimientos periféricos al extrapolar las técnicas a la daga.
La habilidad y conocimiento en el manejo de un cuchillo puede llegar a suponer la línea diferencial entre la vida y la muerte. Una cosa es clara y patente... aún siendo un experto en el uso para atacar y defenderse con un cuchillo, las posibilidades de salir sin un solo corte en una pelea real... ¡se reducen prácticamente a cero! Esto es algo muy importante a tener en cuenta. Puede asombrar la facilidad con que un golpe de tajo en distancia corta penetra unos cinco centímetros... sobre la carne. Sea como fuere, la única ayuda real es un entrenamiento bien enfocado y experiencia en este tipo de situaciones. No olvides nunca que “la mente es como un paracaídas... solo funciona cuando está abierta”. Abre tu mente a nuevas ideas, técnicas, estilos y Artes que pongan un énfasis especial en este tipo de armas.
Antes de seguir adelante con las diversas consideraciones sobre el Arte, introduzcámonos en los aspectos básicos del uso de un cuchillo. Existen diferente tipos de cuchillos y reglamentaciones legales para cada país, región, etc..., de hoja simple, hoja doble y diversos tipos de hoja. Cada una tiene sus propias características, puntos fuertes y puntos débiles. Por el contrario, no existen tantas maneras de sujetar un cuchillo en nuestras manos, solamente dos: con la punta mirando hacia arriba (denominado por los filipinos “Langit”) o con la punta mirando hacia abajo (“Utah”). La palabra “Langit” o “Lansit” significa “cielo” y la palabra “Utah” o “Yuta” significa “tierra”. El motivo por qué se dio este nombre a los agarres es fácilmente entendible... todo dependía hacia donde apunta el arma.
Las posibilidades de movimiento con el arma en nuestras manos son infinitas. Una vez entendido el concepto del movimiento, que es universal, obtendremos la solución a innumerables ángulos y combinaciones de ataques, defensas, etc. Combinaciones múltiples de los tipos de ataque se pueden realizar de forma fluida sobre un oponente usando este patrón de movimiento.
La mayor dificultad al intentar enseñar a alguien los aspectos del combate con cuchillos, es que no se puede enseñar de una forma preestablecida. Así pues, o mejor es familiarizar al estudiante con todas las posibilidades que se le pueden presentar y... dejar fluir. Cuando el estudiante no se siente cómodo con una técnica... hay que olvidarlo. En una situación real, la duda en una técnica no confortable puede suponer... perderla vida. El estudiante ha de aprender a pelear con cuchillos... peleando. Por supuesto, que en las primeras fases de la enseñanza no se utilizan cuchillos de verdad. Se pueden utilizar trozos de palos pequeños simulando una daga. Posteriormente hojas de aluminio con el canto matado y, finalmente, cuando la destreza es muy alta, cuchillos de verdad cubiertos con cinta adhesiva. Sólo unos pocos llegan a entrenar el combate con cuchillos reales... sin protección. El problema más grande reside en que el estudiante ponga toda su intensidad física y especialmente la emocional durante el combate en el gimnasio. Es decir, que se llegue a imaginar que se encuentra en una situación real. Esto se denomina “contenido emocional”. Esta es la única manera de que el estudiante se “aproxime” a la emoción y sentimiento de una pelea real con cuchillos. Sólo de esta manera se podrá desarrollar el correcto tiempo de reacción y la idea exacta del “instinto asesino”, junto a una adecuada “percepción quinestésica” en el individuo.
El contenido emocional durante el combate en el gimnasio es de vital importancia. No es la primera vez que alguien que ha practicado muchas técnicas contra cuchillos en el gimnasio se ha quedado “paralizado” cuando ha visto un cuchillo de verdad frente a él en la calle. Como ya se ha dicho, en un combate con cuchillos, el tiempo de reacción juega un papel de gran importancia, pero de igual o superior importancia son los atributos de ritmo y Timing. El ritmo denominado “roto” alterará el tiempo de reacción del contrario y le hará jugar nuestro juego, a menos... que sea diestro y sepa imponer su propio ritmo..., anulando de forma progresiva el del oponente. Una vez más, es importante recordar que no importa cuántas técnicas contra un cuchillo se conozcan, ni lo bien que se ejecuten..., una pelea contra un agresor armado puede acabar con tu vida.
En el entrenamiento con dagas o cuchillos encontramos varios ángulos de ataque y diferentes defensas. Deberemos llegar a ser familiares con estos ataques y estas defensas que, posteriormente, mezclaremos con el uso de fintas, patadas bajas, golpes de mano, etc. Piensa que el combate de cuchillos no tiene por que estar limitado al cuchillo. Como decía el mítico Lee:
“Si alguien te ataca con un cuchillo... esta en desventaja. El sólo tiene (psicológicamente) un arma y tú tienes cuatro (dos brazos y dos piernas)”.
Una vez y de forma simultánea al desarrollo de la sensibilidad deberemos de analizar los ataque dentro de los ángulos e intentar acoplar diferentes respuestas defensivas a éstos. Es como aprender el abecedario. Una vez que se conocen las letras podemos formar las palabras. Con el tiempo seremos capaces de combinar movimientos para acomodarlos a las circunstancias dadas, dando nuestras propias respuestas. El primer blanco durante un combate con cuchillos es la mano/brazo que sujeta el arma.
Supongamos que la mano del contrario tiene que desplazarse un metro para atacarnos al cuerpo, pues bien si nosotros atacamos su mano moveremos una distancia más corta y eliminaremos la mano que sujeta el arma, por consiguiente anulando el arma. El brazo que sujeta el arma es denominado “blanco primario”. Una vez pasada esa línea entramos en la distancia media-corta denominada “lado oscuro”. Una pelea no tiene por que llegar hasta allí..., pero puede.
Aquí una vez más, la relajación, la capacidad para fluir y reaccionar es imprescindible. Sin relajación no hay velocidad. Es posible que durante un combate con un experto, éste se deje cortar, en sitios no vitales por supuesto, para ver la madurez y capacidad del contrario. Esto se denomina “Concepto de sacrificio”. En el caso de que hubiéramos cortado al enemigo no hay que pararse... la “fiesta” continúa. Entre el periodo de tiempo de haber cortado al oponente y el momento en que este se da cuenta de ello, puede transcurrir un tiempo y aún hacernos mucho daño. Por eso, si el contrario no pierde el conocimiento o sale corriendo, hay que permanecer alerta. Otro punto importante, es la visión a la sangre. Hay gente que al ver sangrar su cuerpo pierde fuerza e incluso el conocimiento. Hay que superar esto. Algunos filipinos en la guerra vestían totalmente de rojo, para que, en caso de ser cortados, el color de la sangre no se distinguiera fácilmente en su ropa y esta pudiera afectar de forma emocional a su capacidad combativa.
Sólo resta decir, que aún siendo la faceta del combate con cuchillo uno de los aspectos que más me atraen personalmente de las Artes Marciales, reconozco que el mejor consejo es aquél dado por el humorista norteamericano, Richard Pryor: “Si alguna vez te encuentras frente a frente con un tipo con una navaja, corre. Y si no puedes correr... ¡Vuela!”
J. M. Fraguas.
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